Un sistema "incentive incompatible"
En un sistema incentive incompatible unos tendrán incentivos a aprovecharse de los otros. Ganarán más pisando al prójimo que cooperando con el.
Cada vez que pienso en los efectos de la regulación me imagino que te dejan solo en un sitio y te dicen que tienes que llegar a otro.
La primera vez que recorras el camino, está claro que o te vas a caer, o te perderás, llegarás tardísimo, hambriento, exhausto, posiblemente lesionado/herido, incluso habiendo pasado algún que otro importante peligro pero digamos que, a menos que tengas tendencia a meterte en cosas exageradamente peligrosas y lejos de tus capacidades, el camino no debería ser especialmente difícil y lo terminarás consiguiendo.
Además, la segunda vez que te pongan una meta así, para llegar a un sitio a otro, habrás aprendido mucho de tu experiencia anterior, a orientarte, a superar determinados obstáculos y riesgos, incluso estarás más en forma y sabrás mejor evitar algunos que otros peligros.
Además, podrías convertir en ingresos tu experiencia para ofertar soluciones a todas esas vicisitudes para cualquiera que quiera intentarlo en el futuro. Con tu experiencia, las personas que vengan desde cero lo tendrán más fácil de lo que tu lo tuviste tu primera vez.
Pero si alguien fuese exclusivamente castigado por tus desgracias y rara vez premiado por tus éxitos durante tus travesías, es obvio que tendrá un montón de incentivos para pedirte que no tomes determinados caminos, no lo hagas a unas determinadas horas, te vistas con determinadas protecciones, de tal forma que cada vez tu y los demás seréis capaces de descubrir menos destinos, de aprender menos por experimentar menos vicisitudes.
Si además ese alguien tuviese el monopolio de la violencia, pues ya no te lo va a pedir, sencillamente te dirá que lo hagas y, con este escenario, es evidente cuál es el único destino posible → cada vez menos libertad individual pues supuestamente beneficia al interés general.
Sí, claro que es cierto también que habrá menos heridos, menos sustos. Pero es que no hemos venido al mundo (al menos yo no he sido diseñado para esto) para tener vidas miserables. Hemos sido diseñados para explorar, pegárnosla, aprender y mejorar. Y aunque opines que has diseñado para ser una ameba, sigues sin ser nadie para decidir para qué he sido diseñado yo.
La regulación lo que hace es limitar la sorpresa en el mercado. La sorpresa es aprendizaje y conocimiento y es lo que intenta crear la oferta cada vez que se lo presenta al mercado. Me parece estupendo que algunos prefieran vivir con muy limitada sorpresa pero no nos digan a los demás cómo tenemos que vivir.
De alguna forma me gustaría pensar que es lo que yo intento con mis posts, generar conocimiento sorprendente con mis conjeturas que te animen a saber más de qué va el camino este de la soberanía individual.
El emprendimiento es un camino hacia un destino
Esto es lo que ocurre cada vez que un emprendedor quiere llegar a X destino.
Por ejemplo, mi destino con esta newsletter, que no deja de ser un emprendimiento, es convertir a gente que pierde gran cantidad de tiempo en discutir de política en lo más parecido a individuos soberanos.
Eso es lo que quiero hacer.
Los emprendedores se encuentran con una creciente cantidad de cosas que por estar reguladas no pueden hacer ni probar. Tampoco pueden por ello aprender tanto como les gustaría. Y por ende, al reducir notablemente la sorpresa, el consumidor tampoco será jamás capaz de conocer esos productos/servicios que podrían satisfacer X demanda.
Es cierto que poca gente resulta herida como consecuencia de lo que consume de una empresa (¿o no?), pero ¿cuánto daño nos ahorramos vs cuánto progreso dejamos de disfrutar?
Es la misma discusión que surge cuando, al quejarme yo de la situación económica actual, alguien me dice aquello de
pero estamos mucho mejor que hace 50 años
Y siempre me fascina la ceguera del que argumenta algo así. Por supuesto que estamos mejor, pero esa no es la cuestión sino que lo es ¿cómo estaríamos en el caso alternativo de no contar con un Estado de bienestar completamente parasitario? ¿estaríamos mejor? si es así, no tiene sentido compararnos con personas de hace 50 años, tendríamos que compararnos con cómo estaríamos en el escenario alternativo, pero desgraciadamente esto es muy complejo de estimar.
Nadie puede por lo tanto comprobar dónde estaríamos con una regulación muy inferior respecto a dónde estamos en la actualidad, por lo que es imposible probar científicamente las consecuencias de una regulación excesiva y por este motivo tragamos.
Estamos por lo tanto ante el mismo caso que con todas las engañifas de las que me quejo habitualmente en las que nos vemos obligados confiar en que los políticos sabrán lo que hacen.
Y el resultado tras varias décadas es que cada vez es más complicado innovar. Siempre digo que en lo único en lo que la administración es increíblemente creativa es a la hora de prohibir porque diría que el 90% de las ideas de negocio que se me han ocurrido eran regulatoriamente imposibles de llevar a cabo.
Incentive compatible
Este concepto viene a decir que para que un sistema sea seguro y estable, los incentivos de los agentes deben estar alineados.
Esto ocurre en el caso de Bitcoin:
mientras los mineros quieran ganar dinero, mientras los desarrolladores disfruten mejorando la seguridad del código y con ello el mundo, aparte de proteger la seguridad de sus propios bitcoins y si además los usuarios utilizan nodos propios para validar transacciones, entonces los incentivos están alineados porque todos ganan cuando los demás ganan.
Por eso a mí me gusta decir que el riesgo más importante para que Bitcoin deje de funcionar es que los humanos dejemos de ser avariciosos. Se me antoja particularmente complicado que esto ocurra luego podemos decir que Bitcoin es como consecuencia seguro, o desde luego mucho más seguro que muchos otros sistemas de información.
Incentive incompatible
Lo contrario ocurre con el sistema en el que todavía vivimos.
No tiene ningún coste para el político de turno lanzar mensajes grandilocuentes “para salvarnos” como:
vamos a crear una nueva ley para X
Literalmente todos los políticos cada dos por tres
y sin embargo lanzarlos sí que tiene ventajas para ellos pues mientras la población siga completamente cegada, esa “señal deshonesta” seguirá comprando votos, mientras destroza por completo la economía y con ella nuestros bolsillos.
¿Por qué?
La economía crece si se producen muchas transacciones cada dos por tres en las que ambas partes en un intercambio voluntario, ganan con la transacción. Si no ganasen o sino fuesen voluntarios, no lo llevarían a cabo o respectivamente, no ganarían con el.
Con cada transacción en la que ambas partes reciben más valor del que entregan (la magia del valor subjetivo) se produce a su vez la magia del crecimiento económico.
Si regulamos “con alegría”, estamos básicamente limitando la cantidad de “cruces posibles” entre oferta y demanda. Si limitamos esos cruces, estamos reduciendo esa cantidad de transacciones en las que ambas partes de un intercambio pueden prosperar y la consecuencia es una progresiva pero inexorable zombificación económica.
¿Que estamos mejor que hace 50 años? Por supuesto
¿Que podríamos estar mucho mejor si regulásemos menos? Yo creo que también
Porque el advenimiento durante los últimos 60 años de la computadora personal, de internet, de la telefonía móvil o de los cientos de millones de Chinos que a un coste muy reducido se han incorporado a la economía mundial, necesariamente debería habernos permitido crear más valor con menos recursos.
Pero la verdad es que a juzgar por las cifras de precariedad laboral y paro de España, me da la impresión de que los más beneficiados claramente por todas estas innovaciones son los mismos de siempre:
Fuente: http://www.estadolimitado.com/author/abso/
Nunca tantos habían vivido de tan pocos
Muloko
Los ahorros que han generado todos estos y otros avances han permitido un crecimiento imparable de un Estado del bienestar elefantiásico pero en mucho menor medida progreso para todos los demás.
Vivimos por lo tanto en un sistema claramente incentive incompatible porque los incentivos de todos los agentes están brutalmente desalineados. Si la economía se zombifica más y más, ni siquiera los extractores de riqueza (en rojo) podrán extraer más de los creadores de valor (en verde). El único desenlace posible es la implosión del sistema tal y como lo conocemos. Son demasiados votos que comprar, demasiado caros, crecientes, con a su vez cada vez más decrecientes ingresos.
Nota: Aclaración gracias a Manuel Polavieja, no es justo decir que todos los de rojo chupan 100% del bote a cambio de nada. Indudablemente un médico o un policía a sueldo del erario público no está estrictamente chupando del bote. Pero si no tiene un precio de mercado, algo sí.
La cuestión es que nuevamente, al igual que con lo que ocurre con un montón de sectores (como la nutrición, la energía, el clima, la política, las finanzas…), es enormemente complejo vincular las consecuencias de las diferentes opiniones a sus causas y por lo tanto tragamos con todo lo que nos viene.
No tiene sentido por esto entrar en el debate:
“¡Abandona la grasa!” vs “Come más proteína!”
o
“Vota a las derechas” vs “vota a las izquierdas”
o
“El cambio climático es catastrófico!” vs “No hay cambio climático!”
porque son asuntos demasiado complejos para la comprensión de la mayoría de nosotros y sencillamente tenemos que empezar a buscar nuestras propias fuentes de la verdad, aquellas que nos permitan tomar las mejores decisiones.
La conclusión es la de siempre: opt-out, forkea sin piedad.
Motivos para ser optimistas
Los sistemas incentive incompatible tienen las patas muy cortas.
Solo regalar cosas a tus votantes que se convierten en obligaciones para sus hijos explica que el chiringo haya durado tanto. Pero es solo cuestión de tiempo que se derrumbe.
En realidad esto ya lo he tratado aquí:
Sin embargo estamos viviendo un brutal proceso de aprendizaje a gran escala nunca visto.
Creo que cuando existe gran aprendizaje, nos podremos coordinar para organizarnos y volver a encontrar fuentes de la verdad de confianza.
Hola master! Aquí esta de nuevo el rezagado de clase jaja Frase: "Si además ese alguien tuviese el monopolio de la violencia, pues ya no te lo va a pedir, sencillamente te dirá que lo hagas”. Con esto que quieres decir, que imponiéndote algo pierdes la libertad no? Volviendo al ejemplo (párrafo 5) cuando alguien te decía tienes que andar por determinados caminos, con determinadas protecciones,… todavía eres libre de hacerle caso o no y partir con tu viaje con todo lo que conlleva. Pero cuando tienes unas obligaciones como, estos caminos no puedes tomar, tienes que tener este tipo de protecciones, no eres libre de tus decisiones porque tienes que cumplir unas condiciones antes de partir en el viaje. Si las cumples bien y sino te quedas quietito en tu casa. Te sigo o estoy equivocado?