EL LIBRO pronosticaba ciudades Estado hace ya 26 años. Y entre el libro y Deutsch, estoy llegando a la conclusión de que debemos evitar la utopía como la peste.

El estado normal de los cambios es el error. Por lo tanto la mayor parte de los cambios políticos intencionados que veremos durante las próximas décadas serán a peor. Si esto es así, implica que debemos hacer los cambios más pequeños y reversibles que sea posible hasta que demos con la tecla.

Y esto solo se puede hacer dentro de las instituciones que conocemos en las que la crítica y el consentimiento se han alcanzado o están más cerca que en ningún momento antes en la historia de alcanzarse.

Todo esto me hace pensar que las Ciudades Estado que veremos muy probablemente serán iniciativas dentro de Estados existentes y nunca cambios radicales. Y aún en el caso de intentarse esto último, no sería en ningún caso deseable.