Poder de negociación II
Releer como poseso EL LIBRO me ha hecho conectar otro par de nuevas ideas. Ninguna es revolucionaria, sorry, pero escribirlas me ayuda a mí :)
La tesis de EL LIBRO es que diversos factores son los que “moldean” por así decirlo los límites en los que ejercemos el poder y violencia de unos sobre otros. O dicho de otra forma, lo que unos pueden dar y quitar a otros.
Estos factores son por ejemplo la orografía, el clima o la tecnología que afecta a las formas que tengamos de atacar o defendernos y como consecuencia tenemos que cambiar nuestra forma de organizarnos para adaptarnos a estos nuevos factores megapolíticos (tal y como les denominan en EL LIBRO)
Y el otro día (ok vale, hace solo 20 minutos) se me ocurrió pensar que aunque esta tesis está pensada para grandes grupos de personas, también aplica a nivel individual, entre amigos, entre parejas, en el trabajo, etc…
Sabes que una de esas frases que circulan con frecuencia es aquella de (versión completamente inventada) “si quieres que las oportunidades vengan a tí, conviértete en un creador de valor”
Cuando creas valor de repente estás cambiando tu poder de negociación con los demás. Inmediatamente mucha gente ve en tí oportunidades que antes no veía. Del mismo modo cuando alguien de éxito cae en desgracia también cambia su poder de negociación y de repente le desaparece una docena de (no tan) amigos. Esto quizás sea el motivo de que tanta gente acuda ahora a twitter a contar la increíble cantidad de dinero que gana o el extraordinario éxito que consiguen en todo tipo de ámbitos. Es como un imán para que aparezcan auténticas oportunidades.
En las parejas quizás ocurra lo mismo. De repente tienes hijos y tienes una carta ahí para negociar que puede ejercer presión sobre tu pareja (no me dejes cabrona, que tenemos niños en común). Si por ejemplo pierdes tu trabajo y tus ingresos, puedes perder poder de negociación respecto a tu pareja y también puedes comprobar si es la persona correcta que pensabas. Según esto quizás sea tampoco una buena idea vivir como un mantenido/-a (esto era más frecuente hace 40 años, ahora dudo que haya muchos casos tal y como están las cosas), porque básicamente el otro tendrá un poder de negociación brutal sobre tí a menos que tu seas un rico heredero/-a en cuyo caso quizás el poder de negociación lo tengas tú.
Dicho esto, quizás también la conclusión sea que no es una buena idea casarte con un rico heredero/-a si lo que quieres es la felicidad en la pareja (si lo que buscas es pasta, pues entonces quizás sí), pues tu poder de negociación estará muy mermado.
Del mismo modo ocurre que la opinión que tengas de tí mismo (cuánto te quieras) debería influir en teoría en cuánto poder de negociación tienes con tu pareja. Si por ejemplo te quieres muy poco, seguramente calcularás muy mal cuánto poder de negociación tienes con el otro y de esta forma el otro podrá abusar de tí. Me pregunto cuántos casos de abusos y violencia doméstica vienen dados por un desequilibro en esos límites del poder y la violencia consecuencia de lo poco que se quieran a sí mismos una y otra parte de la ecuación.
En el trabajo debe ocurrir otro tanto de lo mismo. ¿A quién despedirán primero si las cosas se ponen feas? ¿A quién le subirán el salario primero? Al que no tiene que aportar a la empresa o al que supone un 10% de las ventas?
Y si todo esto es así, un poco la revolucionaria conclusión es que si no quieres pasarlas canutas en la vida, debes hacerte una persona de provecho (aka creador de valor, lo que siempre nos decían las abuelas vaya) que idealmente además se quiera a sí misma o quizás que se conozca a sí misma lo suficiente como para saber cuánto puede negociar, pues hay gente que lo sobreestima y mucha otra que lo subestima.
Debes buscar formas de aumentar tu poder de negociación y estimar correctamente cuánto tienes.
La mejor forma que se me ocurre es hacerte valioso.
Seria como que la utilidad esperada no dependa de solo ofrecer un producto/servicio, sino varios o que puedas manejar diferentes divorcios todo el tiempo hasta que te quedes con la persona/s indicadas.
Buenas tardes Adolfo. Gracias por seguir compartiendo tus reflexiones. La semana pasada recibí "EL LIBRO". Enhorabuena por la iniciativa!