Oferta política personalizada
En política también hay oferentes y demandantes. Antes de internet no teníamos la más mínima idea de la cuasi infinita variedad de demanda que existe, pero ahora sí: la oferta se tiene que adaptar
Internet ha abierto el mundo a todo el mundo. Acabar con la dictadura de las economías de escala que se consigue con la digitalización va mucho más allá de lo que podría parecer cuando nos fijamos exclusivamente en los chavales con la cara pegada a una pantalla.
Y resulta que el mundo es muchísimo más variado de lo que pensábamos. Antes (simplificando) leías el ABC o LoPaís, eras de izquierdas o de derechas, del Barça o del Madrid
De repente, una gigantesca cantidad de gente con opiniones de lo más variopinto tiene voz y una audiencia espectacular. Y con esa voz atraen a otros que buscan respuestas. Se forman múltiples polos de opinión (política, económica…), identidad (nacional, de género…).
Unos cuantos se especializan en dar luz a problemas antes ocultos para la mayoría. Otros les llevan la contraria.
Es la polarización que estamos viviendo y que para algunos es como si fuese resultado de gente muy inaceptablemente cabreada, como si el estado natural de las cosas fuese el anterior, el de solamente (casi) dos posiciones, de un bando o del otro.
Eso obviamente es una necedad, es resultado exclusivamente de que las economías de escala de acceder a audiencias masivas han sido completamente destruidas.
Los políticos, otrora acostumbrados a lanzar un mensaje con “una misma talla para todos” comprueban con horror como su mensaje ahora solo vale para unos pocos.
Como consecuencia, la inmensa mayoría de la población se ve completamente desatendida (¡No nos representan!). Tenemos miles de corrientes de opinión/identidad etc… y tan solo 350 escaños y la capacidad de tener como mucho (me lo medio invento) ¿20 partidos en el Congreso?
La representatividad no ha crecido al mismo ritmo que la demanda política de la que ahora gracias a internet somos conscientes.
Esto significa necesariamente demanda desatendida.
Muloko
O lo que es lo mismo, una gigantesca cantidad de gente que no se sentirá representada en absoluto por nadie jamás mientras no cambien las cosas.
Y ¿cómo están tratando los políticos de agradar? Haciendo promesas a un montón de grupos de identidad y opinión hasta el punto de ser estas promesas en multitud de ocasiones completamente incompatibles entre sí.
A unos les prometen progreso económico mientras a otros les prometen recibir billones que sacarán de los primeros.
A los jóvenes les prometen bienestar y empleo mientras a los ancianos pensiones que solo pueden salir de endeudarnos, cuestión que a su vez solo puede aniquilar las esperanzas de porvenir de los anteriores.
Además, todo esto se agrava porque votar a un partido que te guste que termine con un solo escaño (o menos) puede ser de las cosas más inútiles que puedas hacer, resulta que todos los intentos que han ocurrido hasta ahora, terminan fagocitados por el voto útil, sea UPyD, Podemos, Ciudadanos y demás experimentos.
La gente seguirá votando con la nariz tapada y los incentivos a cambiar el sistema desde dentro son CERO, porque precisamente los que tienden a acercarse o conseguir las mayorías son los que más se benefician de que las cosas sigan igual.
Posible escenario:
Es todo esto lo que me hace pensar que la oferta política mundial se va a disparar.
Existen multitud de países en el mundo en los que el progreso solo puede llegar de atraer riqueza de fuera. Existen enormes incentivos para que surjan líderes que traten de generar esa riqueza en sus países a base de atender esa demanda política insatisfecha en otros.
Y no solo eso, si estoy en lo cierto, cuando esto empiece en serio, los países serán tanto más exitosos, cuánta más oferta sean capaces de generar.
Y esto solo se puede conseguir via secesión, vía creación de múltiples jurisdicciones dentro de un mismo país, que sean capaces de atender cuanto mayor abanico de demanda política mejor, al estilo de lo que ya comenté hace mucho en este artículo de lo que creo que debería ser el modelo de negocio para España.