La formación que viene
El abanico de cosas en las que puedes convertirte en alguien verdaderamente atractivo para el mercado ha crecido exponencialmente
Creo que tenemos mucha suerte de vivir en el momento que vivimos, sobre todo los más jóvenes. Sí, has leído bien.
Ya sé que muchos me diréis que, cómo se me ocurre, con la pandemia y el estado del sistema financiero sobre el que además soy particularmente agorero, etc...
Pero es que me parece maravilloso que puedan los jóvenes empezar a entrenarse a los 15-20 durante los años que quieran EN LO QUE SEA, y a través de internet no solo tener acceso a todo el aprendizaje disponible en el mundo sino también a publicar su trabajo y conseguir con ello encontrar su nicho de mercado. Y además con suerte, tras esos 10 años de entrenamiento, las cosas pintarán mucho mejor para todos.
Es decir, pasarse una crisis morrocotuda estudiando y aprendiendo mientras Bitcoin liberaliza la economía mundial, me parece un buen plan, llamadme idealista.
Hábitos
Cada vez estoy más convencido de que lo que marca nuestro carácter es el patrón que encontramos para hacer frente a las cosas. En otras palabras, lo que James Clear habla en su libro sobre los hábitos.
Si nos acostumbramos a responder al afecto familiar con afecto, esto determinará nuestro carácter, lo mismo en el caso contrario (agresividad) y si a lo que te acostumbras es a estar permanentemente alerta, pues seguramente vivirás con unos brutales niveles de ansiedad.
En realidad lo que ocurre es que el cerebro es una máquina extraordinariamente eficiente.
Ahorra energía para que puedas hacer tareas muy repetitivas (hábitos) en tiempo récord. Imagínate de otra forma el brutal esfuerzo que conllevaría para nosotros tener que analizar cada problema que nos encontremos desde cero! Hacernos el desayuno cada mañana sería insufrible!
El cerebro no fue diseñado en realidad para constantemente resolver problemas nuevos sino más bien para ser verdaderamente bueno en el arte de la cooperación y por qué negarlo, también en el del engaño ya que como he explicado en muchas ocasiones, los humanos podemos con frecuencia obtener retornos superiores con el engaño (incluso auto-engaño) que con el trabajo y de ahí la necesidad de ponerle un coste a nuestras acciones con el dinero, cuanto más difícil de confiscar, mejor, como ocurre en el caso de Bitcoin con la criptografía. Os recomiendo para estos temas sobre el engaño este estupendo libro:
En otras palabras, el dinero bueno hace cara la charlatanería y el engaño.
Esto de la eficiencia ha sido enormemente útil y ha tenido gran sentido evolutivo, cuando el homo sapiens vivía en entornos enormemente estables. Si aprendías que correr cuando apareciese un león era una buena idea, no tenía mucho sentido cuestionarte tus creencias. ¡Funcionaba siempre!
Cuando tenemos un período de estabilidad este tipo de patrones repetitivos en nuestras opiniones y comportamiento no tienen nada de malo porque son suficientes para comprender un entorno poco cambiante y para hacerle frente de una manera eficiente.
Es como una fábrica de Ford vs Zara. El primero fabrica como si de una churrera se tratase y funciona en un entorno estable de predecible creciente demanda, cuasi cero competidores, mientras que el segundo se adapta milimétricamente a la demanda barrio a barrio, prenda a prenda, ciudad a ciudad, en sus miles de tiendas por todo el mundo, cuando existen cientos de competidores en todo el mundo cada cual a diferentes escalas y geografías en una enormemente dinámica industria textil.
Cuando vienen momentos convulsos lo que ocurre es exactamente lo contrario.
Debes empezar a cuestionártelo todo para adaptarte a lo que el nuevo entorno traerá consigo y esto sólo se consigue absorbiendo gigantescas cantidades de información, que me hace pensar que es exactamente el motivo de que estéis aquí.
En la era de la información, recibimos cantidades ingentes, tanto de la buena información como de la mala.
Si me apuráis, yo, en cierta medida estoy compitiendo con netflix, la TV y apps en vuestro móvil por vuestra atención. En principio la idea es que, suscribiéndoos a mi newsletter, podáis tener acceso a la información que yo os pueda dar, sin que el ruido de otros articulistas, opiniones, etc… interfiera vs lo que ocurriría en un periódico generalista. Tendrá valor si de alguna forma consigo ayudaros a tomar mejores decisiones y el único ruido que veréis será el que yo sea capaz de generar.
Si en un momento dado estimáis que no os entrego valor, os dais de baja y a otra cosa mariposa ya que el espectro de cosas a las que podéis aspirar aprender, tiende al infinito. Por eso la comunicación en medios con demasiadas opciones informativas (generalistas) (hoy política, mañana economía, pasado ocio), están destinadas al más absoluto fracaso. Aunque una noticia te pueda interesar, es muy poco probable que lo hagan tantas otras. Vamos hacia la ultra especialización informativa y los newsletter me parecen una estupenda opción para profundizar muchísimo en las materias que más rabia te den en cada momento.
En otras palabras, podríamos decir que en un entorno estático prima la eficiencia (tomar decisiones con el mínimo coste ya que las probabilidades de error son muy bajas), mientras que en uno dinámico y convulso, lo que buscaremos es la efectividad (tomar decisiones cometiendo la mínima cantidad de errores ya que la probabilidad de que estos ocurran es mucho más alta). En un entorno como el último, supondrá pararnos, pensar, meditar, hacer muchas preguntas y sobre todo cuestionárnoslo absolutamente todo.
Maximizar el tiempo para pensar y mucho menos maximizar la velocidad de respuesta.
Si entiendes como funcionamos, automáticamente comprenderás que muchas ideas en nuestra cabeza las hemos interiorizado como válidas sencillamente porque explicaban la realidad de ese momento estupendamente. El problema es cuando cambia esa realidad, y ese es el momento en el que estamos.
Con frecuencia observo que la gente sigue en internet reaccionando airadamente cuando encuentra una opinión que choca frontalmente con la que ellos tienen en su cabeza. Esto es lo contrario de lo que debes hacer para prepararte para el mundo que viene; te va a alejar mucho de la soberanía a la que creo que debemos aspirar.
Me ocurre especialmente con los fans del oro que esgrimen como argumento para defender el oro frente a Bitcoin el hecho de que lleve funcionando miles de años a lo que a mí me gusta responder:
¿Fue el hecho de funcionar miles de años suficiente para evitar que cambiásemos caballos por coches?
La soberanía va sobre todo sobre pensar por tí mismo, con auténtica independencia.
Tenemos que desaprenderlo todo de forma radical, lo que Ray Dalio llama en uno de sus principios:
Be radically open minded
El mismo por cierto, el otro día, predicaba con el ejemplo y se mostraba abierto en twitter a estar errado en su opinión anterior sobre Bitcoin:
Nos podemos entrenar
La primera conclusión lógica de todo esto es que muy poco de lo que nuestros hijos están aprendiendo en el cole y universidad les va a servir para algo durante las próximas décadas, salvo lo relativo a la posibilidad de relacionarse con otros.
No puede ser sorprendente que seguramente la única excepción que se me ocurre es la medicina, campo en el que no contar con la preparación adecuada supone errores fatales en el mundo real, en el mercado (pacientes), no como en la academia, donde los errores nunca tienen consecuencias.
Piensa en Bitcoin: durante décadas economistas se han dedicado a hacer todo tipo de pronósticos imposibles de falsificar basándose cada uno en X teoría.
Llega no obstante, tras décadas de estudio fuera de la academia un cypherpunk (Satoshi Nakamoto), estudia de arriba abajo el dinero, y crea un software que pone en entredicho muchas de las teorías económicas que plagadas de errores todas estas personas se han dedicado a publicar durante tanto tiempo. Es lógico que todos ellos reciban a Bitcoin con gran rechazo.
Si realmente tienes una idea de cómo va a ser el mundo dentro de unos años, lo más sensato sería que nuestros hijos empezasen a entrenar lo antes posible en un amplio abanico de cosas que poco a poco se fuese reduciendo a medida que ellos fuesen aprendiendo con la prueba y el error para terminar idealmente encontrando su famoso Ikigai
Esas son las buenas noticias y las que me hacen pensar que los jóvenes están de enhorabuena. Pero no será fácil, porque estos jóvenes necesitarán guía.
Creo que habrá valor en la capacidad para guiar a los jóvenes en el infinito espectro educativo que tienen en la actualidad. Otra cosa es que opine que el formato universitario actual no es el correcto. Pasaremos de centros universitarios rígidos a tutores en una formación extraordinariamente dinámica y líquida.
Una vez leí este tweet de Naval y me encantó:
Me propuse llevarlo al extremo y realmente me dí cuenta de que no somos conscientes de cuánto somos de capaces cuando nos lo proponemos.
El nuevo modelo no será tan cómodo como hacer una carrera y olvidarte, pero sí mucho más excitante. Si tienes ganas de aprender, creo que preferirás lo segundo. Sólo tenemos que contar con la dirección, motivación, perseverancia, hambre y ánimo correctos.
Pero sobre todo debemos contar con el convencimiento de que nos podemos cambiar a nosotros mismos. Los educadores del futuro de más éxito serán aquellos que sean capaces de transmitir esto a sus alumnos.
A evitar
No permitas nunca que nadie te diga algo como:
Es que yo soy así
En la Escuela Naval nuestro Brigadier nos prohibía decir bajo ningún concepto:
Es que
y aunque me encabronaba pasarme el día corriendo, haciendo checas o flexiones, ahora lo veo con perspectiva y me parece genial.
Elimina de tu cabeza la manía que esta tiene de buscar siempre la eficiencia y repetición y por lo tanto la excusa.
Lucha contra esa manía y tanto tus hijos como tú podréis conseguir cosas increíbles.