Intrusismo y cuñadismo
Últimamente leo a mucho "incumbent" quejarse del intrusismo en su profesión. Y en mi opinión eso es no entender el mundo hacia el que vamos
Tanto gente que se autodenomina “inversor” como gente en el ámbito de la medicina, y otros muchos, se quejan con frecuencia de que ellos, habiendo estudiado en tal o cual Escuela o Universidad y teniendo por lo tanto la correspondiente credencial oficial que dice:
Fulanito sabe de X
tienen que escuchar cada vez a más intrusos o cuñados diciéndoles como son las cosas en su profesión. Esto les irrita exageradamente y se sienten desprotegidos. Se quejan del conocido como intrusismo y también del cuñadismo con el que se tienen que cruzar de vez en cuando.
Pero no es esa la reacción correcta en mi opinión.
Nunca existió tal cosa como un supuesto derecho a saber o ejercer en exclusiva y sí sin embargo el derecho a opinar.
Otra cosa es que fuese enormemente caro para un particular, hacer saber al mundo lo bueno (o malo) que eras en A, B o C disciplina.
Por lo tanto aquel con la capacidad para otorgar esta credencial tenía la cualidad de ser “el guardián de la puerta hacia el mercado de trabajo” o incluso “hacia el éxito”. El caso típico es el de las universidades o “centro homologado/certificado”. Lo de “tener un buen padrino” hacía referencia de hecho a lo de tener entre tus contactos a una persona que fuese “guardián de la puerta” hacia algún empleo u oportunidad profesional.
Todas estas credenciales, homologaciones y certificaciones pierden por completo su razón de ser cuando cualquiera puede abrirse una cuenta en twitter, blog, o cuenta de youtube y demostrarle al mundo lo que sabe de A, lo gracioso, guapo, glamouroso o interesante que es.
El estudio de los jóvenes debería estar centrado primero en aprender unas cuantas tareas y en segundo lugar en aprender a hacérselo saber al mundo. Para ello las cualidades como comunicador son y serán cada vez más esenciales.
Antes tu departamento de marketing era tu CV y tus expedientes académicos; ahora lo son los contenidos y el valor que para otros estos generen.
Ya no hay guardián de la puerta, ahora tienes internet para hacerle saber al mundo cuánto vales.
El único consejo que me atrevo a darte es, trabájalo.