El mundo al que vamos como proyecto de código abierto
Escribir en público no solo nos ayuda a imaginarnos a nosotros y a nuestra carrera profesional. También podemos así imaginarnos el futuro y diseñarlo como si fuese un proyecto de código abierto
Este post es una iteración de estos dos anteriores:
He pensado que al hilo del primer post, este artículo podría perfectamente llamarse “build your world in public”.
En ese post argumentaba que a base de escribir introspectivamente en público puedes comprenderte mejor, puedes publicar las cosas que vas aprendiendo, poco a poco ir haciéndote una audiencia y a través de eso ir consiguiendo que el mercado te pida las cosas que demuestras conocer.
Debes crear tu propio canal con el mercado, no esperar que lo haga una empresa por tí con el consiguiente riesgo de quedarte en algún momento totalmente vendido.
También se me ocurre que es lo que hago cuando conjeturo algo sobre el futuro, como lo que hacía en el segundo post.
Una de mis conclusiones es que no podemos entendernos a nosotros ni a nuestro entorno si no es estirando nuestra imaginación una y otra vez, en el proceso de variación y selección que repito constantemente.
Algunas de esas conjeturas por cierto te van a gustar y otras sin embargo te van a repeler como pareció ocurrirle a unos pocos con el segundo artículo.
Pero como decía en este tweet:
La cuestión es que tenemos por primera vez en la historia, la posibilidad de, como si diseñar el mundo en el que queremos vivir fuese un proyecto de código abierto, conjeturar, discutir, compartir ideas sobre hacia dónde se dirige, plantear posibles amenazas, sugerir potenciales soluciones y con ello contemplar una serie de escenarios para los que podamos estar preparados.
Ya os he contado que Nick Szabo llama wet code a las leyes y dry code al software. Al igual que en los proyectos de software la gente se reúne en github a discutir los nuevos features o la seguridad, en este y seguramente otros muchos foros en el mundo, estamos unos cuantos imaginándonos cómo puede ser el mundo hacia el que vamos y con ello, inadvertidamente, diseñando nuestros futuros protocolos de convivencia.
Es como si todos los que participamos en este proceso fuésemos “los padres de diferentes Constituciones” o como los desarrolladores de protocolos como Bitcoin que en github discuten con profundo “adversarial thinking” escenarios en los que Bitcoin podría fallar para proponer soluciones.
Vaticinio
De todos los proyectos de código abierto del mundo real en los que se discuten este tipo de ideas, mi vaticinio es que algunos se convertirán en auténticos proyectos empresariales que aspirarán a crear nuevas jurisdicciones.
A mí me queda lejos pero imaginémonos que en 5 años de repente tengo 500k suscriptores (modo pajilla mental ON) en esta newsletter y que tenemos una especie de foro donde las propuestas y las soluciones empiezan a tener forma.
O más creíble, tal y como digo aquí, que esto ocurra con influencers que ya tienen millones y que en algunos casos ya viven fuera o como mínimo ya están megamotivados para cambiar las cosas.
Se me ocurre que podríamos empezar a tener cierto poder de negociación si además muchos de estos suscriptores tuviesen trabajo y patrimonio portátiles.
¿No podríamos en ese escenario negociar de tu a tu acuerdos con el Gobierno Central? Al final, los estibadores y controladores tienen poder porque parar su trabajo tiene serias consecuencias sobre el funcionamiento del país. ¿No ocurriría lo mismo si 500k mulokers se pusieran de acuerdo para negociar?
El artículo original (en Rankia) lo escribí hace ya un año y medio y, a pesar de ser bastante ignorado respecto a otros, sigo pensando que es lo más parecido al futuro de España que me gustaría ver:
La palabra que me viene a la cabeza tras leer post como este es *subversión*. Me vienen a la cabeza los primeros cristianos grabando peces en las catacumbas, las reuniones clandestinas de la resistencia francesa en 1942 y el sentimiento hacker entre otros. ¿Exagerado?
Espero te encuentres mejor. Estoy convencido de que al final si que existe poder de negociación. Los políticos tienen que percibir el miedo. Pero deben ser mas de 500k. Los estibadores y controladores aéreos son menos de 500k pero sus efectos los siente la gran mayoría de la población. Ahí es donde hay que trabajar. En que la gente deje la TV y se pase mayoritariamente a otro formato para informarse. Aunque, sinceramente, no veo a la gente leyendo newsletters, bueno, ni newsletters ni nada.