Un mecanismo de coordinación reputacional
Cuando la regulación está tan perdida que hacer cosas deshonestas deja de tener un coste, nos queda que al menos, públicamente, alguien con notoriedad ataque la reputación de los trileros
Cuando empecé a aburrirme de los blogs de tecnología, que en realidad con el tiempo se convirtieron en panfletos de eventos con cero análisis, se empezaba a hacer popular Jack Dorsey y hablaban de el como el sucesor de Steve Jobs. Yo estaba metido a saco en la meteorología y perdí el interés, así que nunca supe mucho de el.
Pero le estoy redescubriendo ahora.
Y me estoy dando cuenta de que es un idealista, como creo que lo soy yo. En realidad me doy cuenta de que soy un idealista recalcitrante que se hace ideas en la cabeza y que las escribe para asegurarse de que no se está engañando a sí mismo.
La diferencia es que el construye negocios multimillonarios para validar su visión y yo escribo articulillos para validar la mía. Ambos somos científicos, ya sabéis que opino que los emprendedores son científicos al igual que los escritores. Ambos validamos ideas.
El método de los emprendedores es sin duda es más rentable, valioso y eficaz pues obviamente, perder dinero te encarrila mucho mejor de lo que lo hace escribir.
Yo expongo esas ideas al público para que este me atice si estoy equivocado y el al mercado para que le haga perder dinero en caso de estar errado (pero esto último parece dársele muy mal pues está podrido)
Hace poco ha decidido dejar su posición de CEO de Twitter para hacer su trabajo Bitcoin-centric pero lo más llamativo ha sido su “salida del armario”. Me encanta la expresión “salida del armario” porque aunque la mayoría lo aplican exclusivamente a revelar una identidad sexual X, yo lo aplico a cualquier cosa que implique “liberar ideas” que antes estaban prisioneras.
Es como si tras firmar su salida de Twitter, le hubiesen quitado un bozal.
VC’s y Bitcoin
Los VCs tenían un rol más bien modesto hasta que hace un par de décadas se empezaron a multiplicar como setas. El motivo EMO es que el dinero se ha parado con la zombificación económica, la inversión de la pirámide demográfica primero en Japón y luego en Europa y la excesiva regulación e impuestos.
Pero Bitcoin es un ataque frontal al problema de la zombificación económica y excesiva regulación pues abre espacios reales y cibernéticos en los que se puedan multiplicar transacciones económicas que nadie pueda parar, una auténtica economía en B.
Luego un VC avezado podría ver a Bitcoin como una amenaza a su negocio, pues poco se puede rascar en un auténtico mundo descentralizado (el valor se va a los usuarios) en el que una economía incensurable crece a costa de otra zombificada.
Y ¿cuál ha sido la respuesta de estos VCs'?
Han encontrado EMO la solución en promover y financiar cosas con las ventajas de Bitcoin (descentralizadas) sin que lo sean ni necesiten serlo a base de invertir en todo tipo de proyectos que les permiten a ellos (como inversores) y a sus promotores, enriquecerse a costa de los incautos que no paran de caer en el FOMO.
Es como que no conciben que algo se cree sin que ellos puedan poner el cazo.
Jack
La cuestión es que Jack ha salido de twitter, le han quitado el bozal y ha empezado a decir lo que muchos pensamos desde hace tiempo pero con su relevancia y, esto, cabrea a aquellos que han montado una auténtica, indecorosa y deshonesta churrera de shitcoins, web3 y todo tipo de trolas de toda índole como Marc Andreessen:
Es posible (y espero) que llegue una auténtica web3, (no tengo una opinión fuerte al respecto) pero si llega tengo claro que será más parecido a lo que describe Nic Carter en este tweet que a lo que se nos está vendiendo como algo que no es:
Saldrán más formas de quedarse con el dinero de los demás como la actual web3 y el motivo por el que esto sea posible es porque el regulador está completamente perdido preguntando lo que es aceptable y lo que no sobre todo a aquellos que más ganan con que esta situación se perpetúe.
Mola sacarle las vergüenzas públicamente a los deshonestos pero la verdad, mola más que se las saque alguien con 6 millones de seguidores porque esto si que puede tener un coste reputacional significativo (quizás es solo mi parte idealista escribiendo)
Tenemos que acostumbrarnos a que las consecuencias de que las cosas no se hagan honestamente tengan cada vez más que ver con un público daño reputacional que con una multa o una pena.
Se me hace interesante pensar que en algunos casos un daño reputacional podría ser más efectivo que una pena o que “un conflicto reputacional” podría dirimirse públicamente en un podcast.
Igual que en las tribus de hace miles de años, a pequeña escala un daño reputacional era un mecanismo de coordinación enormemente efectivo, se me ocurre que el daño reputacional online podría serlo eventualmente también.
Ya veremos.