Atacar sin que se note
Discutir sobre política es una imbecilidad y lo que corresponde es sencillamente defendernos. Hoy hablo sobre cómo lo debemos hacer desde ya y sobre cómo lo hemos hecho en el pasado
No reaccionamos cuando nos enteramos de una injusticia con un individuo o pequeño grupo de individuos, no nos movilizamos y es lo normal porque el Estado ataca una y otra vez pero en muy pequeñas dosis y las pequeñas dosis aunque nos pueden llegar a alterar, no nos movilizan.
A veces atizan en una manifestación a gente con la que simpatizamos y nos encabrona pero si no, rara vez nos alteramos cuando el Estado:
Le destroza la vida a un pequeño empresario que sale en las noticias de un diario local por no ser capaz de pagar X requisito regulatorio,
hunde un pequeño negocio más cuando entre IVA e IRPF es incapaz de hacer frente al pago de la seguridad social de ese mes,
le mete un sablazo de película a una gran empresa por no se qué operación en la que la interpretación de la ley es radicalmente diferente
envía cientos de miles de cartas a pobres particulares que o bien pasan por el aro pagando la extorsión o bien deciden contratar a un asesor fiscal que al final hacen un trabajo de héroes pero se terminan convirtiendo en una especie de impuesto revolucionario para cualquiera que quiera vivir sin mayores preocupaciones.
Es como un virus, el ataque al principio no se nota y no puedes hacer nada por evitarlo pero sigue destrozando la economía de otros y por ende, la tuya.
Antes de internet podrías pensar que era muy alto el coste de coordinarnos para defendernos. Pero ahora ese coste con internet ha bajado radicalmente y sin embargo no hacemos nada, por lo que empiezo a pensar que aunque le destrozasen la vida a medio millón de personas a la vez, no nos movilizaríamos.
Sencillamente en el mundo actual tenemos muchísimo que perder y muchos costes que afrontar.
La consecuencia de esto es que nos coordinamos para encabronarnos con retweets y grupos de telegram o sitios tipo change.org pero no podemos hacer nada para defendernos luego -> gigantesca frustración y encabronamiento al cuadrado.
La asociación
Al igual que el Estado cuanto más grande es, mejor nos protege en el entorno físico, la asociación, cuanto mas grande, más votos y mayor protección ante un eventual ataque Estatal. Este ha sido, antes de Bitcoin, el principal mecanismo para protegernos.
Este es el motivo por el que taxistas, camioneros, controladores o estibadores, con su capacidad para paralizar una capital, puerto, aeropuerto o carretera, hayan tenido durante décadas la sartén por el mango.
Un caso particular es el de los médicos que están muy pero que muy bien protegidos entre sí. Básicamente nadie les toca demasiado las pelotas, pero a veces sí sobre todo económicamente porque los malos se aprovechan de que ellos tienen la vergüenza de no paralizar su trabajo por mucho que les pueda llegar a apetecer (básicamente el personal se moriría). O quizás el coste de paralizarlo sencillamente sería terrible pues la gente se los comería en pepitoria.
En otras palabras, tienen la mayor capacidad para ejercer presión y sin embargo son los que menos la usan por motivos obvios.
Y otro más particular aún es el de los militares que no tienen derecho a manifestarse como tales pues obviamente al ser los auténticos poseedores del poder sobre la fuerza, el Estado tendría las de perder.
Un caso literalmente al contrario es el de los empresarios que tienen cero capacidad de negociación porque básicamente no pueden paralizar nada, ya que eso implicaría dejar de comer, tendría el mayor coste de todos.
En definitiva, vivimos en un sistema en el que si todos tuviésemos unos derechos claros y las leyes fuesen justas e inalterables, no necesitaríamos asociaciones. Sin embargo las necesitamos y mucho para protegernos de abuso tras abuso y por este motivo estas asociaciones son un auténtico negocio consistente en básicamente extorsionar, el mismo negocio que el Estado.
Te protejo pero a cambio me pagas
Hablamos mucho del parasitismo Estatal pero muy poco o nada del parasitismo asociacionista o, tampoco, del coste que tiene una asesoría fiscal como forma de protegerte de quién se supone que te protege a tí.
Es tal la asociacionitis en España que los políticos no dan abasto con tanta gente a la que contentar y como es imposible agradar a todos, terminan agradando a muy pocos.
El Estado ha adquirido un poder y tamaño tan bestial que es ridículo pretender hacerle frente cuando lo que puedes ganar es muy poco con pocas probabilidades de éxito y lo que puedes perder muchísimo con grandes probabilidades.
Ojalá alguien inventase una forma de defenderte del abuso que te permitiese manejar en secreto una especie de economía paralela y que dificultase sus dos principales fuentes de financiación: impuestos y deuda pública.
Esto es exactamente lo que creo que te permite Bitcoin y cada día que pasa me tengo que pellizcar cuando alguien dice públicamente y con la cara bien alta que esto no tiene valor.